EDUCACIÓN, TÉCNICA Y TECNOLOGÍA.
Es necesario justificar el papel que juega la tecnología y el desarrollo tecnológico en la sociedad, así como analizar su incidencia en distintos ámbitos sociales, ya que como se ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones, el desarrollo técnico de las nuevas tecnologías de la información y comunicación va por delante del estudio de sus repercusiones sociales.
La sociedad moderna se inicia con la Revolución industrial producida a lo largo de los siglos VIII y XIX. La industria se convierte en el motor de la actividad económica y las herramientas artesanales son sustituidas por las máquinas (máquina de vapor, máquinas eléctricas...), nuevas tecnologías que modifican profundamente los sistemas de producción y comunicación.
Se inicia la secuencia progreso tecnológico = desarrollo económico = bienestar social, tal como economistas y científicos sociales han confirmado (Parejo, 1997). Un gran cambio se produce también a nivel social, la burguesía se consolida como la clase social hegemónica, comprometida con la financiación de los nuevos procesos tecnológicos, mientras surge con fuerza como clase social el proletariado.
La relación entre cambio social y desarrollo tecnológico es evidente a lo largo de la historia, sin embargo la responsabilidad real de la tecnología en la transformación social es una cuestión debatida ¿hasta qué punto el cambio de las sociedades desarrolladas es causa o efecto de las nuevas tecnologías? Esta cuestión sigue generando discursos encontrados que aparecen cada vez que se descarga la responsabilidad de determinadas conductas y hábitos sociales en los nuevos medios de comunicación (televisión, Internet,..).
Así surgen preguntas como ¿es la juventud más agresiva como consecuencia de su exposición a la televisión o aumenta la agresividad en los medios de comunicación de masas porque la sociedad es cada vez más agresiva y competitiva?, ¿generan los videojuegos pautas de actuación machistas o sólo son una prolongación de las pautas existentes en nuestra sociedad?, etc.
El cambio tecnológico que estamos experimentando y el auge de nuevas formas de comunicación, hace imprescindible una reflexión desde la educación sobre el impacto de estas nuevas herramientas de comunicación, tanto en los comportamientos y los procesos de pensamiento de todos los grupos humanos como en las actitudes de la sociedad hacia estos nuevos medios y los modos de vida que sustentan, sin olvidar su impacto en las instituciones educativas y los nuevos procesos de enseñanza y aprendizaje que se posibilitan.
La tecnología ha generado planteamientos y actitudes muy diferentes a lo largo de la historia, hay épocas de escepticismo, de optimismo y de desasosiego ante los logros y las posibilidades de la tecnología.
En el mundo antiguo se reconoce la necesidad de la tecnología pero se sospecha, se desconfía de la misma, se piensa que es necesaria pero peligrosa, ya que ocasiona deterioros en la fe (confianza en los dioses como providencia). Los poetas y filósofos griegos (Platón, Socrátes, Homero, Jerofonte...) se muestran recelosos ante la opulencia y el estado de bienestar que traen consigo las "technai" si no se delimitan correctamente las fronteras de su actuación. Las personas se habitúan a las cosas fáciles y eligen lo menos perfecto cuando lo bello se encuentra en la dificultad y la perfección se encuentra en el extremo opuesto de lo sencillo.
La tecnología no puede ser la finalidad última de la mente humana, pues no puede liberar a ésta de las cuestiones mundanas. Mirando hacia la tecnología la persona no podrá nunca desarrollar una sabiduría espiritual, como máximo podrá alcanzar la sabiduría de las "technai". La desconfianza frente a la tecnología presidió la cultura de occidente hasta finales de la Edad Media.
El Renacimiento y la Ilustración cambia la postura de los hombres hacia la tecnología considerando que ésta es intrínsecamente buena y que sólo una accidental mala utilización de la misma puede causar efectos perniciosos. Bacon fue uno de los primeros autores en rechazar la idea de que la técnica ejercía una influencia corruptora sobre la moral, al contrario, defendió que los hombres encontrarían en la tecnología la forma de mitigar el sufrimiento propio de la condición humana. Su obra "New Atlantis" (1627) ha sido considerada una de las primeras utopías científicas al contemplar una sociedad urbana que progresa gracias a los adelantos técnicos frente a la concepción clásica de progreso ligado al refinamiento de las formas socio-políticas.
Adoptando una postura irónica, Bacon afirmará que la invención de la pólvora, la imprenta o el compás han hecho más por la humanidad que todos los discursos y debates filosófico-políticos que han tenido lugar a lo largo de la historia.
Posteriormente autores como D´alembert, Kant, Hume,... van a expresar su confianza en la acción tecnológica de los individuos.
Como consecuencia de la expansión tecnológica que tiene su hito más llamativo en la Revolución Industrial en la Inglaterra del siglo XVIII y los problemas sociales que ésta genera, surge el movimiento romántico. El Romanticismo puede entenderse como una reacción crítica a la racionalidad científica moderna. Sus representantes defienden la importancia y legitimidad de la imaginación y el sentimiento de forma angustiada y ambigua, y cuestionan la esclavitud que se oculta bajo el disfraz de lo bueno. Rousseau (1750) en su obra "Discurso sobre los Efectos Morales de las Artes y las Ciencias" escribe:
"A medida que aumentan las comodidades de la vida, a medida que las artes son llevadas a la perfección y que el lujo se extiende, el verdadero coraje languidece, las virtudes desaparecen. (...) El dinero aunque compra todo lo demás no puede comprar moral y ciudadanos. (...) Los políticos del mundo antiguo estaban siempre hablando acerca de moral y virtud; los nuestros no hablan de otra cosa que no sea comercio y dinero. (...) Nuestras mentes han sido corrompidas en la misma medida que las artes y las ciencias han mejorado" (Cit. en Mitcham, 1989b: 22).
La revolución tecnológica actual se equipara en cuanto a trascendencia a esa primera revolución industrial (Castells, 1986). Si bien en ésa el elemento clave fue el control de diferentes fuentes de energía, ahora la clave se encuentra en el control de la información, por lo que se ha denominado la Revolución de la Información. Este fenómeno tendría como características básicas:
- Los desarrollos tecnológicos afectan a los procesos en mayor medida que a los productos.
- El desarrollo en redes genera una interconexión entre los sujetos sin barreras espaciales y temporales de un gran impacto para la comunicación humana.
- El dominio de los países industrializados sobre el resto, apoyada en el control de los procesos de información y de la gestión de sus redes a nivel mundial.
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